En el libro Una Agenda
para México 2012 (2011) Héctor Aguilar Camín inicia el apartado
“Prosperidad y equidad” haciendo énfasis en que la realidad mexicana es
diversa, sin embargo para lograr crecimiento es necesario invertir y ahorrar. La
apertura económica a la inversión y competencia fomenta la necesidad de crear
condiciones atractivas para la inversión y estímulos claros para el ahorro:
riqueza y empleo, peso de la masa salarial en el PIB, fomentar la movilidad
social y crear la sociedad de clase media.
La falta de competencia a nivel Latinoamericano no es el no
ahorrar o trabajar; la realidad mexicana es distinta, pues el esfuerzo en el
ahorro y el trabajo es menor a comparación con economías en desarrollo como la
de Brasil Y Chile que aumentan sus índices de crecimiento al máximo. La
problemática que atraviesa México es distinta pues no aumenta sus importaciones, no genera
bienes y servicios necesarios, no abre oportunidades de empleo o crea una
economía competitiva. En México se atraviesa la era de monopolios y empresas dominantes que da como resultado la carencia de
autonomía y poder en entes regulatorios para ejercer efectividad en el
crecimiento del mercado en México. Abunda la demanda, pero a oferta de empleo y
oportunidades es reducida considerablemente.
En el libro La Ceniza
y la Semilla (2000) el autor expone la relación entre el Estado y el
mercado, basándose en principios de que el único seguro a la mano contra los
riesgos de la globalización es construir una economía estable y la construcción
de un Estado sólido, capaz de ofrecer seguridad en todos los órdenes. El gobierno
mexicano también pasó de una economía regulada por el Estado intervencionista a
una economía regulada por las fuerzas del mercado.
Héctor Aguilar Camín afirma que “solo una economía de
mercado fuerte, abierta, competitiva, anti monopólica podrá crear la riqueza y
los empleos que prometen huecamente candidatos y gobiernos”; (Aguilar, 69)
estos factores generan productividad, inversión y ahorro.
En relación con la economía mundial, México se encuentra
todavía rezagado pues la economía mundial obliga a nuestra nación a crecer sin
apoyos externo. Pensar en cerrar la economía, entendiendo que la demanda interna debe jugar un
papel más importante que antes; sin embargo este rezago se puede transformar
encontrando mayores niveles de competitividad frente a un mundo más complejo. A
pesar de que México ha estancado desde tiempo atrás su economía en Estado
Unidos, en la actualidad debe diversificar su economía y sus relaciones
económicas mundiales con otros actores internacionales económicos, (India,
Cina) pues esto abrirá la economía mexicana y expandirá la oferta a nivel
mundial, en donde la demanda pueda ser satisfecha.
La relación con Estados Unidos se resalta desde algunos sexenios atrás, en donde los líderes políticos
no lograron diversificar la economía y se concentraron más en lo que Estados
Unidos le imponía. “La política hacia América del Norte parte de la política
interna y no de la internacional de México”. (Aguilar, 78) Durante el mandato
de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) el Tratado de Libre Comercio fue lo
esencial; durante el de Ernesto Zedillo (1994-2000), la economía y el narco
fueron preeminentes; con Vicente Fox (2000-20006), fueron la migración y la
seguridad y finalmente con Felipe Calderón todos los puntos ocupan un lugar
central en Washington. Es decir, Estados Unidos tiene demasiada influencia sobre
nosotros que debemos acoplarnos a lo que llamamos una política de adaptación,
ya que dependemos significativamente de esta nación que no es posible cambiar
sin antes negociar lo que se quiere desarrollar en las políticas económicas en
México.
Como podemos ver si queremos tener una economía en verdadero avance vamos a tener que cambiar desde las raíces lo cual va a ser algo difícil para este país.
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